martes, 16 de agosto de 2016
Conceptuando Biomímesis II
Materiales para compostar
Prohibido compostar: Heces de perros y gatos, revistas ilustradas, ceniza de carbón mineral, pañales desechables, compresas, restos de aspiradora, filtros de cigarrillo, tejidos sintéticos y maderas tratadas con barnices o aglomerados. Materiales a evitar: Carnes y pescados, productos lácteos, papeles de periódico, productos cocinados con grasas, productos que contengan levaduras.
Materiales compostables: Restos de comida como verduras, frutas, cáscaras de huevo, posos de café o infusiones, restos de poda y jardín, hojas secas, paja y restos leñosos, césped, ceniza de leña, tejidos naturales, serrín, pelo, uñas, papel o cartón, servilletas y estiércol o heces de animales herbívoros.
Preparación de los materiales
Los materiales seleccionados se han de acumular durante el tiempo necesario hasta conseguir un volumen grande, suficiente para llenar al menos la mitad del compostador.
Sin el volumen mínimo, el proceso no dará comienzo. Una vez seleccionados los materiales hay que tener en cuenta el tamaño de los mismos. No deben de sobrepasar los 10 cm de tamaño. Para ello, lo ideal, es triturarlos con una máquina trituradora de restos vegetales. El tamaño de los materiales incide directamente en la velocidad de descomposición de los materiales.
Pasos a seguir
Primero procederemos a la colocación de una base de material leñoso. Se pueden colocar tanto una capa de ramas como una base de paja. El grosor adecuado sería entre 10 – 15 cm de anchura. La función de esta base es la de facilitar la circulación de aire dentro del compostador evitando la compactación de los materiales recién introducidos. Estas ramas van a presentar un proceso de descomposición muy lento.
El siguiente paso será el primer llenado de materiales, introducción de los materiales previamente mezclados. Se trata de realizar una mezcla de materiales frescos y secos, es decir, materiales con alto contenido de humedad y materiales sin contenido de agua. Esta mezcla ha de ir en una proporción determinada de 2:1 (dos partes de materiales frescos por una de secos).
En el primer llenado de la compostera hay que asegurar una cantidad mínima para que le proceso se pueda iniciar. El volumen mínimo corresponde a la mitad de la compostera. El llenado óptimo sería 2/3 del volumen total.
Con el paso del tiempo hay que incorporar regularmente materiales, Después del primer llenado de la compostera se procederá a añadir los distintos materiales que se generen siempre siguiendo el mismo procedimiento: mezcla de materiales húmedos y secos en proporción de 2:1.
En el caso de que no se disponga de materiales húmedos (en función de la época del año) bien no se añade material seco y se deja acumulado en otro lugar hasta conseguir material húmedo o bien se añade el material seco únicamente y después se le aplica agua. En el caso de no disponer de material seco se podrá sustituir por papel o cartón troceado (exento de tintas).
Mediante la mezcla de materiales húmedos y secos hay que lograr una relación C/N adecuada.
Es conveniente remover en cada aportación el material nuevo con el material anterior. También conviene cubrir los materiales con mayor contenido en agua, como los restos de comida, con material seco o bien enterrado para evitar la proliferación de moscas de la fruta y ayudar a mantener las condiciones óptimas de temperatura. Aparte de material seco se puede cubrir con una fina capa de tierra vegetal.
Para acelerar o activar el proceso se le puede añadir un activador. En el mercado existen este tipo de productos pero en la naturaleza también tenemos activadores naturales como el estiércol o el propio compost.
Por último retiraremos el compost y lo cribaremos. La duración estimada del proceso de compostaje es de 4 a 6 meses. Transcurrido ese tiempo y comprobando que el compost ya está hecho se procede a la retirada del mismo. Por la parte de abajo del compostador y con la ayuda de una pala se extrae el material ya compostado.
Utilizando una criba o un tamiz se separa el compost de los materiales todavía no descompuestos. El tamaño de luz de la criba conviene que sea entre 0.5 y 1 cm. Cuanto menor sea el tamaño más fina será la textura del compost. El compost ya cribado es un producto estable. Cuanto mayor sea el tiempo de maduración del mismo más estable será el producto. El compost debe dejarse reposar durante 15 días antes de aplicarlo al suelo como abono. Así se consigue que todos los posibles organismos que aún contenga puedan desaparecer.
Se almacena en un saco de tela preferentemente o de plástico con algún orificio.
Los restos aún sin descomponer se devuelven al compostador. En el caso de querer obtener compost fresco para aplicarlo como acolchado no hace falta cribarlo.
Tiempos de descomposición
Se pueden clasificar los materiales según su velocidad de descomposición, como materiales de rápida descomposición tenemos las hojas frescas, césped, malezas jóvenes, estiércol de animales de corral y el estiércol de ovejas y cabras. Materiales de velocidades medias o lentas tenemos productos como las frutas y verduras, paja, restos de plantas, flores viejas y plantas de macetas, desbroces de setos, malezas perennes y lechos de hámsters, conejos y otros animales domésticos herbívoros. Y por último materiales de muy lenta descomposición tenemos las hojas del otoño, ramas podadas, serrín y virutas de madera, cáscaras de huevo, cáscaras de frutos secos, lana e hilos naturales y los huesos de frutos.
Para saber cuando el proceso de compostaje ha acabado y podemos proceder a su retirada tendremos que observar ciertas peculiaridades, como por ejemplo que el montón desprenda un olor a tierra de bosque y no huela mal, los restos orgánicos de partida no sean visibles, cuando presente un aspecto homogéneo, grumoso y esponjoso y por último cuando tenga un color oscuro (negro o marrón oscuro), como la turba.
Pero no siempre el proceso se desarrolla correctamente, a veces por causas ajenas aparecen ciertas complicaciones que han de ser solucionadas para llegar al final del camino. A continuación citaré algunos posibles problemas que podrían aparecer, las causas y las soluciones a aplicar. Si el montón está muy húmedo la causa podría ser que se haya mojado por la lluvia y su solución sería meter un palo y ahuecar el montón o voltearlo y mezclarlo con material seco. Si por el contrario el montón está muy seco la causa sería el exceso de temperatura exterior o que abandonáramos el compostador en exceso y su solución añadir material fresco y regar el montón. Si huele a podrido se debe a falta de oxígeno y exceso de humedad, tendremos que voltearlo y añadir material seco. La presencia de moscas, larvas, hormigas, insectos nos indicará que tenemos un exceso de humedad y procederemos a voltear el montón y poner material seco.
Usos y aplicaciones
El compost fresco es aquel que ha tenido un período de maduración corto y en el que se aprecian materiales aún sin descomponer. Sería el material que podemos extraer del compostador al cabo de dos o tres meses. Se utiliza principalmente como protección ante los cambios de temperatura y de humedad, especialmente frente a las heladas. Además mejora las características del suelo y protege al mismo del crecimiento de hierbas “no deseadas”. El compost maduro ha tenido un tiempo de maduración largo y no presenta materiales sin descomponer. Se reconoce por su textura y su color oscuro. La textura es terrosa, y ya no se pueden distinguir restos de los materiales aportados en primer momento, excepto de aquellos de muy lenta descomposición (cáscaras de huevo, ramas, etc.). Su color ayuda a proteger de las heladas al atraer la radiación solar y además el aumento de temperatura que produce consigue alargar la estación de crecimiento vegetal. El compost maduro se utiliza sobretodo como fertilizante ya que aporta elementos minerales (nitrógeno, fósforo, calcio, etc.). Favorece la capacidad del suelo para retener agua. Para utilizar este compost se recomienda pasarlo primero por un tamiz de 0.5 a 1 cm de luz.
Como otros usos más profesionales y en grandes superficies tenemos la estabilización y regeneración de taludes, la preplantación de terrenos, la recuperación de terrenos empobrecidos, en selvicultura como sustrato para la reforestación, preparación de terrenos para nuevas plantaciones, utilización como sustrato y soporte orgánico en grandes superficies, preparación de campos de deporte y superficies de ocio: campos de golf, pistas de esquí, praderas artificiales, zonas verdes…, restauración de terrenos desnudos y restauración de áreas de vertederos incontrolados de restos de construcción y puntos negros, lucha contra la erosión: fijación del suelo, fijación de dunas, estabilización de terrazas, plantaciones extensivas de arboledas, abonado de praderas, formación de pantallas y barreras vegetales y aplicación de filtros de tierras para la retención de malos olores.
Como se ha podido ver compostar a nivel doméstico es sencillo, divertido y muy beneficioso tanto para nosotros como para la naturaleza. La historia humana puede contarse como la relación del hombre con su entorno, el permanente intento de someterlo a sus intereses, de dominarlo. Pero ha llegado el momento en esa historia de detener los abusos, los excesos, las agresiones injustificadas y la inconsciencia de nuestros actos.
Debe pactarse con la naturaleza, respetarla y mimarla para que podamos vivir nosotros y nuestros hijos en un entorno sano y no poner en peligro su equilibrio y el nuestro, que es el mismo.
Para acabar esta comunicación escrita sólo citar una frase que sin duda encaja perfectamente con la mentalidad del compostaje doméstico: “Piensa globalmente y actúa localmente”, porque estos esfuerzos se conocen como esfuerzos de base o de raíz y ocurren a nivel local y de forma voluntaria. Porque para cambiar el mundo y volverlo un sitio mejor y más habitable no hacen falta grandes proyectos o multimillonarias inversiones, sino que cada uno haga simplemente lo que pueda en sus casas, oficinas, en la calle o simplemente donde se encuentre, ya que un pequeño gesto con el medio ambiente no cuenta mucho, pero millones y millones de pequeños gestos ya es otra cosa.
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