martes, 2 de agosto de 2016
Biomímesis
“Pregunta al planeta, allí están todas las respuestas...”, este es el consejo ancestral y práctico de Janine Benyus, la creadora del termino biomimesis, acuñado hace un par de décadas pero tan
viejo como la vida en la Tierra. La historia natural es una inagotable fuente de sabiduría y, aunque los conocimientos de la biología se duplican cada cinco años, no hemos hecho más que empezar a catalogar los seres vivos y sus infinitas estrategias.
Definición compleja
A la biomimesis, también conocida como biomimética, no es fácil definirla. No se trata de copiar lo que la naturaleza lleva millones de años haciendo.
Podemos aproximar el concepto a “una consciente emulación inspirada por la naturaleza de las soluciones innovadoras que nos brinda y que hemos de saber dónde aplicar”. No se plantea qué podemos extraer de los organismos y de sus ecosistemas, sino qué podemos aprender de ellos. En este nuevo modelo, los biólogos son nuestros “ojos” y los innovadores (los diseñadores industriales, los químicos, los arquitectos o los urbanistas) son nuestras “manos” para encontrar las soluciones que tanto necesitamos en un momento crítico como estamos atravesando en la actualidad. Pura innovación sostenible, más allá de la biónica o de la bioutilización, e incluso de la bioasistencia.
Lamentablemente, mi experiencia es que muchos colectivos aún no perciben los numerosos problemas que nos asolan y que requieren solución en un modelo que cada vez se nos muestra mas obsoleto: inmensas cantidades de basura generada; longevidad de muchos materiales y productos que superan con creces la etapa de uso; tóxicos que ya son trasmitidos vía materna a través de la placenta y la lactancia; bioacumulación de disruptores endocrinos, metales pesados hallados en poblaciones humanas lejanas como los inuit o en transporespecies que habitan ecosistemas remotos como la selva amazónica o las profundidades marinas…
Demasiado para no ser tenido en cuenta. Además, para agravar el asunto, nuestros hijos y nietos van a heredar lo quieran o no muchas de las consecuencias de lo que venimos denominando “progreso”. Esto es simplemente insostenibilidad, o la incapacidad de emplear un sistema que nos asegure cierto grado de permanencia en esta nave que ha perdido las instrucciones y en la que se ha roto el termostato…
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